jueves, 7 de febrero de 2008

Covadonga 593

Hace bastante tiempo que no veía a mi abuela, ella ha estado bien ocupada pues se vendió la propiedad donde ella vivía, eso ha significado grandes cambios en mi familia, cuando de dinero se trata es increíble como los parientes lejanos aparecen, y es por esta misma razón que mi abuela está de incógnita por la vida, nunca se sabe si está en Santiago o en Valparaíso.

El punto es que hoy la vi, y está muy viejita, linda como siempre, leyendo algún libro y cocinando tan rico como siempre, un poco más pequeña que antes, con el pelo todo blanco, no se veía pena por la demolición de su casa de más de 70 años, algo de nostalgia si, pero pena no… aunque cuando hablamos del parrón donde se casó su nieta, y nos juntábamos a almorzar noté que los ojos le brillaban.

Ahora vive en una casa linda, mucho más pequeña, transitoria mientras encuentra una casa en Valparaíso, llena de cosas antiguas, y mientras cocinamos esta mañana ella me enseñaba, como cuando yo era chica, la mejor forma de preparar el guiso de piñones, y recordó que me enseño a hacer la lecha asada, que por cierto no me queda como a ella, y ella a su vez me consuela y me dice que es cosa de tiempo, (no sé si lo dice literal o se refiere a mi edad).

La antigua casa ya no existe, y cuando hoy pasé por ese lugar sentí el vacío… y por coincidencias de la vida unas señoras pasaban por mi lado comentando que la paquetería de la Señora maría estaba derrumbada… para mi abuela no solo es su paquetería fue su vida y quizás por eso es que hoy cuando compartí con ella, debía gritarle para que escuchara lo que conversábamos… cada día está más sorda, será quizás porque no quiere saber más de nada?

En esa casa –ella dice- se reunía con mi abuelo, y pasaban noches maravillosas juntos, y que ahora esa casa no está y que no sabe si “Emilio” la irá a ver a Valparaíso, dice que es muy lejos y que el viaje es largo para hacerlo todos los días, eso me llenó de nostalgia pues la vi en ese momento muy triste.

Creo que el derrumbe de la casa donde mis bisabuelos emergieron de la desde la lejana palestina nos ha marcado a todos, y todos hemos sentido el vacío al ver el terreno pelado, sin parrón, sin los gatos, sin el olor a comida árabe, sin la alegría de todos los que entraban a la paquetería a comprar el calzón con pierna o el piluchito para la nieta, y cuando preguntaban por mi abuela para que les hiciera un precio y mi tía no la dejaba porque ella –corazón de abuelita- hacia una rebaja del 70%... No sé como será la sensación de ver a Tricot con su propaganda en el terreno… ya no es la casa de mi abuela y me habría encantado poder salvar ese lugar de una multitienda, me habría encantado que mi abuela hubiese pasado sus años ahí con mi abuelo. Pero todo evoluciona, dice mi tía… y ellas parten de nuevo, por suerte no tan lejos.

Yo espero que el tiempo no me quite el recuerdo de los olores, de los escondites, del babarua y de las cerezas, de los “candys” escondidos debajo del mesón, y de los cumpleaños, almuerzos, y tardes que pasé con mi abuela bajo el parrón.

lunes, 4 de febrero de 2008

Cuenta regresiva para las ansiadas vacaciones….


No sé cómo ni cuando pasó enero en mi vida… ha sido un mes realmente intenso, este año partió con mucha fuerza y eso me agrada, ya estoy en tierra derecha hacia mis vacaciones aun queda trabajo, se ven algunos proyectos, pero yo ya pienso en el paisaje, en las olas, en las caminatas y en los chistes familiares… este año a diferencia de otros no tendré solo vacaciones, también iré a ver a Journey!!! Yeah!! mañana adquiriré las entradas y las guardaré bajo la almohada, solo pensar que mis vacaciones se acercan me hace sonreír, y no es que las imágenes que quedaron grabadas en mi cerebro el año pasado no sean suficientes, es solo que el año pasado y este se ponen cada vez más deliciosamente intensos!!!

El destino es Cau-cau… la compañía es la mejor, mi familia, y los planes son solo pasarlo, bien… tiene un buen augurio ¿o no?

Algunas de las cosas que más disfrutamos en familia, son el día del tortilleo, definido como el día en que se cocinan todas las tortillas posibles y almorzamos eso, con cierta picardía tortillesca, el día del fruto del mar… se preparan un buen caldo de mariscos, un pescadito al horno y una fuente muy grande de ceviche, luego dormimos toda la tarde en la playa… otra de las características de mis vacaciones familiares tiene que ver con los “estados sagrados”:
1. si alguien duerme no se debe por ningún motivo despertar a menos que no lo haga voluntariamente por más de un día lo que es preocupante,
2. el plato de comida es sagrado, nadie, (pero nadie) debe por ningún motivo meterse con lo que llevas a tu boca
3. otra de las reglillas de vacaciones es que como las familias que vamos no le incluyen padre, son las madres las que cocinan y todos los pollos (no importa la edad del pailón) son los que lavan los platos.

Y esas serían las reglas… que a mi me acomodan de maravilla. Uno literalmente hace lo que quiere y eso categóricamente es la definición de mis vacaciones.

Ya empezó la cuenta regresiva para el merecido descanso, espero dormir mucho, tomarme un (o unos) vodka naranja, bañarme y caminar en las playas, comer rico y armar los rompecabezas que durante el año vamos adquiriendo con la familia pensando en las dos semanas que pasamos uno al lado del otro, en definitiva pasarlo bien junto a los que más quiero.